Galletas de arroz: La verdad revelada

Durante la moda de las dietas bajas en grasa y altas en carbohidratos de finales de la década de 1980 y 1990, las galletas de arroz se convirtieron rápidamente en uno de los alimentos dietéticos por excelencia. Así que las compramos a granel pensando que, si cambiábamos nuestras galletas y crackers por galletas de arroz de 70 calorías, perderíamos peso y luciríamos geniales.

Pueden ser bajas en calorías, alrededor de 35 por unidad, pero cuando se comen solas, en realidad pueden sabotear la pérdida de peso. Si miras la etiqueta de información nutricional en un paquete de galletas de arroz, verás que no tienen nada. Sin grasa, sin fibra, mínimas vitaminas y minerales, y tal vez 1 gramo de proteína, todos nutrientes importantes que nutren tu cuerpo, mejoran la saciedad y en realidad mantienen tu mente alejada de los antojos.

La verdad sobre las galletas de arroz es esta. Son poco más que carbohidratos refinados (que se digieren rápidamente y se convierten en azúcar) a los que se les ha añadido sal y posiblemente se les ha rociado con algún saborizante artificial. Su índice glucémico, un indicador de cómo un alimento afecta el azúcar en la sangre, se ubica bastante alto en 82 en comparación con el azúcar puro, que llega a 100. En lugar de distraer tu mente de la comida, comer galletas de arroz con el estómago vacío puede provocar un pico de azúcar en la sangre que podría dejarte con una sensación de lentitud y con ganas de, lo adivinaste, más galletas de arroz.

En lugar de alcanzar esas galletas de arroz la próxima vez que te entre la hambre, intenta elegir un refrigerio nutritivo con grasas saludables, proteínas y fibra. Aquí tienes cinco ideas rápidas y fáciles:

Y si no puedes renunciar por completo a las galletas de arroz, no temas. Compra la variedad simple y dale sabor tú mismo con algo nutritivo, como una cucharada de mantequilla de almendras y rodajas de melocotón fresco.