Comer entre comidas y hormonas: ¿Es malo?

Según una investigación publicada en The International Journal of Obesity.,las hormonas que impulsan el hambre pueden aumentar naturalmente por la noche.

Para el estudio, un pequeño grupo de 32 hombres y mujeres obesos fueron invitados a ayunar durante dos períodos de tiempo diferentes, comenzando a las 9 a.m. y a las 4 p.m., antes de consumir una comida líquida ligera. Luego, los investigadores analizaron sus hormonas del hambre y les pidieron que describieran sus niveles de hambre y estrés.

¿Los resultados? Aquellos que ayunaron por la noche tuvieron niveles mucho más altos de grelina, una hormona que indica hambre en el cuerpo. Los niveles elevados de grelina también estuvieron correlacionados con el estrés. Estos nuevos hallazgos respaldan la idea de que nuestro ritmo circadiano juega un papel en la regulación de nuestro apetito a lo largo del día.

Si bien no está claro si los niveles hormonales de los participantes fueron impulsados por su peso o si su peso se debió en parte a sus hormonas, los investigadores del estudio dicen que los resultados se pueden aplicar a cualquier persona, independientemente del tamaño corporal.

"Definitivamente sabemos que este patrón de respuestas hormonales aumenta el riesgo de comer en exceso por la noche, en comparación con la mañana", dice Susan Carnell, Ph.D., autora del estudio, a The New York Times.

Si usted también se encuentra abriendo el cajón de los helados a las 10 p.m. de manera rutinaria, hay algunas maneras de regular los niveles de grelina y romper el ciclo de comer en exceso. Para empezar, puede reducir el consumo de fruta por la noche. La fructosa (el azúcar de la fruta) se ha correlacionado con niveles más altos de grelina, por lo que, si es posible, opte por un postre más salado.

Dado que los niveles de grelina también están dictados por los niveles de estrés del cuerpo, establecer una rutina nocturna relajante puede ayudarlo a combatir los antojos. Acostúmbrese a poner su teléfono en modo avión unas horas antes de acostarse, difunda algunos aceites esenciales calmantes en su dormitorio y termine su día con una práctica de gratitud o una meditación relajante. Finalmente, Carnell recomienda establecer un "toque de queda para comer", un momento para relajarse, apagar las luces de la cocina y cepillarse los dientes.

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